07.02.2021
WAGNER, UN RETO EN PANDEMIA
El domingo 7 de febrero publica el ABC en su sección cultural, un interesante artículo que da a conocer la dificultad de representar a Wagner en circunstancias de pandemia. Y es que el Teatro Real, con su director artístico a la cabeza (Joan Matabosch)  y con todos los que forman parte de él, hace posible lo imposible: representar Sigfrido en la tercera ola de pandemia en Madrid.

 

Os queremos transcribir algunas de las hazañas que músicos, cantantes y plantilla han tenido que inventar y que podeis leer en el periódico mencionado:
 
1. La orquesta: 87 músicos, metro y medio de distancia entre ellos y un foso de amplitud máxima de 160 metros cuadrados

 

Joan Matabosch describe: «No nos planteábamos de ningún modo hacer una versión reducida, jibarizada o adaptada de la ópera».

 

El proceso de indagación y pruebas se hizo en diciembre: técnicos (con Daniel López a la cabeza), los músicos y director de orquesta Pablo Heras-Casado (o el «ingeniero de sonido», como se refiere él a sí mismo, responsable final de cómo sonará la orquesta), trabajaron para encontrar la mejor solución. Se barajó usar la partitura de Lessing, adaptada para teatros de foso pequeno, pero se descartó en seguida. Se optó por sacar algunos músicos del foso y situarlos en los palcos platea: percusión y las 6 arpas a la izquierda, trompetas, trombones y tubas a la derecha. Algunas plataformas colocadas en el foso ayudan a ampliarlo y sobre ellas se colocan también más músicos. Las mamparas de metraquilato sirven a su vez de sordina para equilibrar los sonidos de los potentes metales (además de hacer su función de aislamiento con el público).
 
Pablo Heras-Casado comenta que la clave del éxito ha sido la posiblidad de hacer las pruebas en la sala y que se implicaran todos: músico, técnicos.., porque no había espacio para la improvisación.  Las arpas, que son 6 como se encuentra en la  descripción orchestal original y que no todos los teatros disponen de esa posibilidad, «van a ser un destello» al tocar desde el palco y estar más cerca del público. El Maestro añade que  «Sigfried es para un director de orquesta uno de los mayores retos que existen, si no el más grande. Y ahora es como hacer malabares». 
 
2. Los ensayos, salas reducidas y toque de queda
Las salas de ensayo son más reducidas que la sala principal, no cabían todos los músicos respetando la distancia de seguridad. Por eso han optado por realizar los ensayos en el foso, sincronizando con los otros ensayos técnicos, de escenografía, de luces…que también se realizan en sala. 
 
Los cantantes tienen que cantar con mascarilla, repito: cantar a Wagner con mascarilla…imaginaos el esfuerzo que eso significa! 
 
También han tenido que encontrar la mejor fórmula matemática para hacer posible el ensayo de cinco horas de ópera con el toque de queda. 
 
El toque de queda (22:00) ha forzado a adelantar las funciones a las 16:30, hora que para muchos corresponde a la jornada laboral y por eso se informa de la hora de comienzo de cada acto, para permitir a los que no lleguen al primero, ajustarse al comienzo del segundo.
 
Sencillamente es increíble que ante todas estas dificultades y la realidad de la pandemia, el Teatro Real no haya tirado la toalla y afronte el reto de representar a Richard Wager. Y se atreve, porque cree en la música, en el arte y, como bien dice el Maestro Heras-Casado, porque busca soluciones ante las dificultades. Tenemos que agradeceros y aplaudiros de todo corazón lo que haceis posible, porque quien dice el Teatro Real quiere decir a todos los que forman parte de este reto. 
 
Muchas, muchas gracias.