El día 12 de marzo, tal y como anunciamos, tuvimos nuestro coloquio en remoto con el maestro y también socio de honor Pablo Heras-Casado.
Dos días después tendría lugar la última representación de Sigfrido con escenografía de Robert Carsen. Pablo Heras-Casado junto con Andreas Schager, Andreas Conrad, Tomasz Konieczny, Martin Winkler, Jongmin Park, Okka von der Damerau, Ricarda Merbeth, Leonor Bonilla, la Orquesta Sinfónica de Madrid, Joan Matabosch, técnicos de iluminación, escenógrafos, personal de maquillaje, de sonido, de grabación….en fín, todos los que hicieron posible este imposible, triunfaron con lleno total todos los días y se despidieron el domingo 14 de marzo del welsungo hijo de Sigmund y Sieglinde.
Nosotros tuvimos nuestra oportunidad personal de hablar sobre este Sigfrido con el maestro Pablo Heras-Casado la tarde del 12 de marzo y pudimos aproximarnos a su preparación de la obra, a la forma de verla desde la perspectiva de quien tiene la responsabilidad principal de hacer realidad lo que Wagner creó.
Participaron muchos de nuestros socios, a los que echamos de menos, y también wagnerianos de la Fundación Wagner de Chile y del comité de la Asociación Wagneriana Internacional. La pandemia nos evita vernos en persona, pero nos permite acercarnos a wagnerianos lejanos, incluso de otro continente. La gran acogida de este coloquio, lo interesantísimo que fue y las cálidas felicitaciones que nos hicieron llegar los participantes, nos han convencido de que tenemos que seguir ofreciendo intercambios y coloquios en este formato.
En forma de coloquio y con preguntas variadas de los asistentes, tuvimos la oportunidad de acercarnos al artista, en este caso al maestro Pablo Heras-Casado de una forma exclusiva. Pudimos conocer cómo afrontó personalmente el reto de dirigir Sigfrido, cómo experimenta la dirección en cada representación, qué momentos de la obra resultan para él especiales, cuánto tiempo necesitó para prepararse esta obra…También pudimos conocer algo más de su parte profesional como director: quién fue su maestro más destacado, cuál es su próximo reto… Y nos transmitió claramente de nuevo su fidelidad a la partitura (a las Escrituras), no a los «curas» y que sólo en ellas se basa para interpretar y dirigir. Pablo Heras-Casado percibe así el arte de dirigir: «es algo orgánico», algo que cada día, cada momento, cada orquesta, cada foso, lo hace diferente: «es como si un pintor pudiera pintar el mismo cuadro en diferentes momentos, nunca es igual».
Pronto tendremos la oportunidad de recordar y releer el coloquio en nuestras próximas Hojas Wagnerianas. Quizá incluso (sin adelantar acontecimientos) podramos tener la grabación a nuestra disposición.
Y seguro, confirmado, tendremos una segunda oportunidad de volver a dialogar con Pablo Heras-Casado y seguir: seguir saciando nuestro interés por la música, por la obra, por la interpretación y por el artista que lo hace posible.
Muchas gracias a todos y por supuesto de manera especial a Pablo Heras-Casado, por haber hecho posible este momento tan especial.